Más allá del bochorno de las manipulaciones de que fue objeto el escrutinio en Buenos Aires, las PASO favorecieron al gobierno. La partida real se jugará en octubre, pero, ¿qué lecciones nos dejan las primarias?
El país no termina de reaccionar ante el saqueo que se le impone desde arriba. Y falta mucho todavía para consolidar un frente popular que sea capaz de oponerse a la decadencia.
Cierto periodismo se ha acostumbrado a hablar de la grieta que divide a los argentinos como de una novedad. No toma en cuenta que la escisión social ha sido el componente central de toda nuestra vida independiente.
La situación brasileña pone de relieve la crisis del proyecto neoliberal exhumado después del fracaso de los gobiernos progresistas aflorados al nacer el siglo en Iberoamérica.
Lo militar es mala palabra para el progresismo, que cree que se puede abolir la guerra. La realidad indica otra cosa. En Argentina el problema se complica con las importantes dosis de hipocresía que enturbian el paisaje.
¿Será que los argentinos no olvidamos ni aprendemos nada? El gorilismo residual marchó el sábado hacia Plaza de Mayo. Pero el núcleo del problema es la tenacidad del plan maestro del régimen y el choque hacia el que va con la masa trabajadora.
Una movilización enorme, un enojo generalizado y una falta de respuestas concretas de parte de los dirigentes, fueron los rasgos esenciales del acto de la CGT del pasado martes.