Faltan poco más de cinco meses para las elecciones generales. Y apenas tres y medio para las PASO. Ninguna de las fuerzas enfrentadas ha definido todavía sus candidaturas.
Alberto Fernández visita a Joe Biden en la Casa Blanca.
¿Será capaz la Argentina de ponerse a la altura de la seriedad del momento que vive el globo? El peronismo, hasta aquí núcleo del movimiento nacional, requiere con urgencia renovarse o transformarse en otra cosa.
Mientras se ennegrece el panorama global, los países latinoamericanos enfrentan la necesidad de reconsiderar sus relaciones con el Tío Sam, durante tanto tiempo puestas bajo el paraguas de la Doctrina Monroe.
Estos días, semanas y meses han sido especialmente complicados para la suerte de los gobiernos genéricamente denominados como progresistas en América latina.
El ajustadísimo triunfo de Lula es, a la vez, un soplo de aire fresco y el pronóstico de una difícil batalla, que excede al ya por sí mismo enorme Brasil. Toda Latinoamérica encara un prometedor pero difícil futuro.
La elección brasileña difícilmente vaya a despejar un panorama latinoamericano especialmente difícil, pero debe disputarse como si pudiera hacerlo, como primer paso para conformar un frente resistente a la reacción.