La Casa Rosada desierta y el festejo en las calles ofrecieron una imagen muy simbólica del vacío de poder que nos ronda. La selección nos brinda un buen ejemplo de cómo revertir el camino.
Sigue la danza mortal en el este de Europa mientras que, en Argentina, continuamos sin fijar claramente el rumbo de la coalición de gobierno, a lo que se suma el juego de masacre que practica la oposición.
El mundo actual es un tal desbarajuste que requeriría de la pluma o el pincel de un gran artista para condensar su talante y hacerlo comprensible a las mayorías. Adam McKay aborda el camino, pero extravía o no termina de centrar la ruta.
Las fuerzas que controlan el sistema-mundo intentan aprovechar la pandemia para consolidar sus posiciones; mientras tanto, en nuestro país, el Covid ha acentuado una crisis heredada y el gobierno vacila respecto a los modos de enfrentarla.
Se está produciendo una paradójica inversión de sentido en torno al tema de la “corrección política”. De la moderación artificial se está pasando a una restricción autoritaria del pensamiento libre.
El problema racial sigue complicando a la sociedad norteamericana. El fenómeno está lejos de ser atribuible a los solos Estados Unidos, pero allí se configura de una manera especialmente compleja.
Tanqueros anclados a la espera de que se reactive el el comercio.
La pandemia viene a demostrar lo sensible que es el sistema moderno al impacto de lo inesperado. Pero también está inaugurando una temporada de caza que puede ser fértil para los predadores. Resistirlos requiere un frente nacional creíble y con programa.
Muchas preguntas sin respuesta, pero que hay que formular. ¿Se trata de sólo un accidente genético? ¿O hubo intencionalidad en su gestación? Y, sobre todo, ¿qué viene luego?