Cazabombardero estadounidense de última generación Lockheed Martin
La debacle de Wall Street es la parte visible del iceberg. Para sostener un sistema de poder económico cada vez más inestable, Estados Unidos sigue apoyándose en la fuerza militar. Y no hay perspectiva de que esto cambie.
Los mercados se desploman. Falta la confianza en el mundo. Pero mientras tanto hay quienes amontonan ganancias y se diseña un probable recrudecimiento de las tensiones internacionales.
La crisis financiera mundial abre perspectivas inéditas. No se puede responder con certeza a ninguna de las preguntas que surgen de ella, pero sí cabe plantearlas.
El terremoto de los mercados globales revela la magnitud de la mentira sobre la cual se ha asentado la evolución capitalista en las últimas décadas y brinda una oportunidad para que América latina se desvincule del sistema de saqueo global.
La lucha por el poder mundial parece estar verificándose en medio de una gasolinera. Y todos los participantes de ella llevan un encendedor en la mano.
El estallido de la crisis en el Cáucaso y la acumulación de nubes en torno de Irán, están indicando un crecimiento exponencial de los riesgos de conflicto armado en el mundo.