Este ha sido un año difícil que se abre a otro poblado de expectativas aun más críticas. Aunque, en algunos casos, también esperanzadoras. Argentina es parte de este contradictorio panorama.
Hay mucho ruido y pocas nueces en las filtraciones de Wiki-Leaks. Pseudo revelaciones como estas pueden ser un expediente más de los servicios secretos.
Una integrante del Tea party durante una manifestación.
No se trata de un negro, precisamente, como ocurría en la película casi homónima con Sidney Poitier. De las cavernas de la derecha norteamericana están emergiendo los elementos más reaccionarios del universo USA.
El frenesí del imperialismo y la creciente polarización entre quienes tienen mucho y quienes tienen poco o nada está llevando al mundo a un período connotado por una anarquía que rememora la de las “épocas oscuras”…
A nueve años del 11/S el mundo es un lugar cada vez más peligroso, donde las tensiones parecen fijarse en contradicciones insanables. Sólo en América latina reverdece, un poco, la esperanza.
Nunca como hoy la posibilidad de informarse ha estado más al alcance de todos. Pero hace falta sacudirse el inmovilismo mental que ata al consumidor común a los monopolios mediáticos.
Como una rueda de fuego que gira sobre sí misma, la modernidad plantea problemas que no se resuelven con proclamaciones tajantes ni buscando chivos expiatorios a los que atribuir todas las culpas.
El título de la gran novela de Jack London cobra cada vez más actualidad en un presente signado por la negación norteamericana a admitir un límite a su fuerza y seguir avanzando en procura del control global…