Aunque esperado, el triunfo del oficialismo en las legislativas supone un aumento en el rango de alcance del neoliberalismo que es notable, en democracia, para nuestro país.
"La Libertad guiando al pueblo", Eugène Delacroix, 1830
Tras meses de bambolla mediática en torno a la rebelión contra Maduro, poca atención ha prestado al triunfo del chavismo en las elecciones regionales. Y en Argentina un artículo de La Nación tiene miga para un comentario antes de la elección del domingo.
Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat, ha tensado la cuerda del independentismo catalán hasta el límite. ¿Cuán próximo nos resulta el problema?
No parece que la oposición al actual gobierno pueda articularse, en tiempo útil, en un frente capaz de resistir con eficacia al envite neoliberal. La culpa de este fracaso en ciernes hay que adjudicársela a la misma oposición.
Más allá del bochorno de las manipulaciones de que fue objeto el escrutinio en Buenos Aires, las PASO favorecieron al gobierno. La partida real se jugará en octubre, pero, ¿qué lecciones nos dejan las primarias?
El país no termina de reaccionar ante el saqueo que se le impone desde arriba. Y falta mucho todavía para consolidar un frente popular que sea capaz de oponerse a la decadencia.