En la sociedad, como en la naturaleza, todo tiene que ver con todo. La participación argentina en el Campeonato Mundial de fútbol trae el eco de antiguos y presentes condicionamientos nacionales.
Hernández Arregui abrió una brecha imposible de colmar en el sistema establecido de la cultura Arg.
El cometido fundamental de los intelectuales del mundo periférico es ver las cosas a partir de su propio eje. Se trata de una batalla cultural laboriosa, pero que está en curso.
La discusión sobre nuestro pasado está lejos de haber terminado. Pero sería bueno que la asumiéramos con buena voluntad y comprendiendo, de una buena vez, que las antinomias tajantes no llevan a nada.
Hubo una vez un escritor norteamericano que sintió los temblores subterráneos de la sociedad moderna y que supo anticiparlos con presciencia visionaria.
De una vez por todas, es necesario superar la costumbre de mirarnos con ojos ajenos y aprender a evaluar al mundo desde la perspectiva de nuestra propia identidad.