Pocas veces como en estos días la desinformación practicada por los medios de prensa privados (que conforman la gran mayoría del espectro comunicacional) se ha exhibido con más cinismo.
El ingreso del presidente Zelaya a la embajada brasileña en Tegucigalpa rompe un estatus quo amenazaba estancar la protesta contra el golpe cívico militar.
La batalla por ganar la libertad de expresión está comenzando. Nunca como hoy esta es más necesaria, pues el futuro se anuncia difícil. Y no sólo para Argentina.
Hay problemas que no pueden diferirse. La falta de un pronunciamiento claro en torno del tema de las bases norteamericanas en Colombia ensució bastante el saldo de la Cumbre de la Unasur.
El Congreso será la caja de resonancia de unas jornadas turbulentas.
La definición de las relaciones de la UNASUR con Estados Unidos, el anunciado paro agrario y la posible remisión al Congreso de la nueva Ley de Medios de Comunicación, preanuncian unas semanas muy agitadas.
La habilitación de las bases norteamericanas en Colombia echa una luz inquietante sobre el Caribe y el Cono Sur. Mimetizadas como expedientes para combatir el narcotráfico, esas bases son una punta de lanza que apunta al corazón del continente.
El nombre de Martínez de Hoz fue aclamado en la Rural
¿Estamos frente a un retorno del conservadurismo en América latina? ¿O es la falta de un poder alternativo lo que le inyecta nueva fuerza? Mientras tanto el monstruo neoliberal redivivo muestra los dientes.
Manuel Zelaya, un presidente defenestrado que quiere volver por la puerta grande.
La mirada que los grandes medios depositan sobre el tema hondureño tiende a resbalar sobre la superficie de las cosas. Esta ligereza no tiene nada de casual.